¡Vamos Rafa!

Es fácil adivinar su presencia, ya que los flashes de todas las cámaras que se congregan en la sala empiezan a dispararse en modo ráfaga. El protagonista hace su aparición sujetando una Babolat Pure Aero en su mano izquierda, como siempre. Antes de sentarse y atender a la prensa, comienza su ritual de campeón de frenopático: primero da unos saltitos, luego empieza a saltar más fuerte, de hecho se carga uno de los fluorescentes que cuelgan del techo al darse un golpetazo con su calva; a continuación, un pequeño sprint hasta el fondo de la estancia (pillando por sorpresa a dos periodistas, a los que tira al suelo), otro sprint de vuelta y barrido de la linea de fondo imaginaria con su pie derecho; se coloca los calzoncillos, se acomoda la camiseta en el hombro derecho y después en el hombro izquierdo, pone en fila las tres botellas de agua que descansan sobre la mesa, se persigna, se hace una paja, escupe en el suelo y finalmente se sienta. Alguien grita <<¡vamos, Rafa!>>. Se oyen aplausos y empieza a sonar el himno de España.

        Todos los periodistas levantan la mano. El jefe de prensa hace un gesto y uno de los presentes toma la palabra.

- Buenos días, máquina. Carlos Molinero, de “Radio” Carca. Diecisiete títulos de Grand Slam, de los cuales once son del mismo torneo, que ya se dice pronto; record absoluto de ATP Masters 1000, medalla de oro en los juegos olímpicos y protagonista de un videoclip con Shakira, además de un anuncio de calzoncillos. No sólo eso: un ejemplo para la juventud por sus valores y su esfuerzo, comprometido con los más desfavorecidos, carismático y más majo que las pesetas. ¿Es Don Rafael Parera la mejor persona de Europa?

-Hola Carlos. Mira, no entiendo porqué te circunscribes a Europa, pero tampoco me gusta hablar de mí. Eso tenéis que ser vosotros quienes lo digáis. Yo no me considero especial ni mejor que nadie. Un mierdas, eso es lo que soy.

- ¿Y qué me dices del tenis, Rafa? - insiste Carlos.

- ¿Qué te digo de qué?

- ¿Eres el mejor tenista de la historia? ¿Por ahí si le damos, verdad leyenda?

- Ya os he dicho que no me gusta hablar de mí. Creo que hay cientos de miles de tenistas mucho mejores que yo.

- Bueno, bueno, pero al menos en tierra no existe ese debate, porque está claro que eres el mejor de todos los tiempos -prosigue Carlos.

- Todo es relativo, amigo. No me gusta pensar que soy el mejor en nada.

- ¡Aquí, Rafa! Manuel Peña, del “diario” Asco. ¿Ni siquiera te atreverías a decir que eres el mejor tenista español de la historia?

Un torrente de carcajadas inunda la sala de prensa, por lo obvio de la afirmación. Alguien grita <<¡vamos, Rafa!>>.

- De verdad, es que me incomoda hablar de esto. Sigue, de todos modos.

- Tu palmarés es indiscutible. ¿Se podría decir, al menos, que juegas bien al tenis? -pregunta Manuel.

- No sé que decirte. Seguro que hay más de uno que te diría que no. No fallo demasiadas derechas, si eso te sirve de pista.

Se oye a los periodistas murmurando de admiración, al ver lo humilde que es Rafa. Alguien grita <<¡vamos, Rafa!>>.

- Buenas noches Rafael. Aquí Carles Puig, de Radio Canalla. Quería preguntarte por esas imágenes de Sant Llorenç des Cardassar en las que apareces junto a algunos lacayos de confianza mientras ayudas -el periodista hace el gesto de las comillas y entorna sus ojos al decir la palabra ayudas- a achicar agua tras las lluvias torrenciales que hubo hace unos días. Verás, hay mucha gente que dice que todo esto es una calculada estrategia de marketing, una cortina de humo para tapar el escándalo de tu tributación en el país vasco y, de paso, tu alopecia. Según algunos testigos, te llevaste algunas paladas de barro a hurtadillas, con la intención de untártelo en la calva. ¿Es eso cierto?

- No entiendo la pregunta. ¿Me estás preguntando si me he llevado barro a casa?

- Si. Y lo de los impuestos, golfo. ¿Qué te gusta más Rafa, ganar títulos de Grand Slam o ganar dinero evadiendo impuestos?

Los comentarios de desaprobación por lo que ha dicho el periodista no se hacen esperar. Alguien da el aviso a través de un pinganillo y no tardan en aparecer un par de guardias civiles, vestidos de torero, que envuelven al reportero con una bandera de España y lo sacan de la sala. Para acallar los quejidos de <<¡Feixistes, opressors de merda!>>, incrustan una pelota Dunlop Fort Clay Court en la boca del plumilla. Alguien grita <<¡vamos, Rafa!>>.

Una vez pasado el revuelo, el jefe de prensa se dirige a los presentes:

<<¡Orden, por favor! Vamos a continuar con la ronda de halagos. Usted mismo, el señor de los tópicos -dirigiéndose a un pelota cualquiera-.>>

- Pues yo mismo. Se presenta Camilo García, del “diario” Sport. Buenas tardes, Rafa. Teniendo en cuenta que has ganado al menos dos veces cada Grand Slam excepto el Open de Australia y que todavía no has ganado la ATP Masters Cup: ¿cambiarias dos de tus Roland Garrós por el Open de Australia que te falta y uno de tus US Open más una ensaladera de la Copa Davis por la ATP Masters Cup, preferirías renunciar a la mitad de tus ATP Master 1000 por ambos torneos o elegirías quedarte sin todas tus semanas como número uno, sin tus torneos de ATP Tour 500 y sin veinte millones de euros para conseguir este objetivo?

- Creo que tenemos que definir lo que es una pregunta normal -contesta Rafa.

Todos ríen con la genial ocurrencia del manacorí más universal. Y entonces alguien grita: <<¡vamos, Rafa!>>.

- Buenos días Rafa. Aquí Luis Martín, de la revista Pinta y Colorea. ¿Qué consejo le darías a esos jóvenes de todo el mundo que siguen tus pasos a regañadientes y se están quedando calvos?

- ¿Me estás vacilando? -pregunta un incrédulo Rafa.

- ¿Por qué el cartón tiene tan mala prensa? ¿Se es menos patriota por ser alopécico? -insiste Luis.

Sin más contexto que el del absurdo, el gacetillero irreverente es pateado inmisericordemente por dos dementes poco corrientes que vienen calientes y le dan de frente. Los agresores son un par de redactores de La Cerrazón que también se llevan por delante a un amigo de la víctima cuando intenta socorrerla, un corresponsal de Cuadernos Rubio que, sin quererlo ni beberlo, se ve pisoteado por la sección cultural y de deportes de Paco Mancuerna. Mientras tanto, algunos periodistas tratan de sacar provecho haciendo preguntas que en otras circunstancias no habrían podido formular.

- Buenos días, Rafa. Teresa Reboreda, del semanario El fumador silente. ¿Qué tienes que decirles a todos esos que te llaman facha? ¿Es cierto que vapeas?

- No voy a entrar en ese juego. Y te digo una cosa: si pienso que el gobierno ha cometido errores no me callaré, pero no por eso soy de un partido o de otro. Ni de derechas ni de izquierdas, señores: sentido común.

- Pero Rafa, eso es lo que dice la derechita cobarde -le replica Teresa.

- Te lo digo y te lo repito: no voy a entrar a ese juego. Y además voy a pedir que no me entrevistes más.

- Dime una cosa, Rafa -prosigue como si tal cosa la articulista- ¿el odio que le profesas al juez de silla Carlos Bernardes es puramente deportivo o tiene algo que ver con su tono de piel “Werthers Original”?

- Rafa, ¡que se te ve el cartón! -grita alguien desde el fondo de la sala.

- ¡Pasabolas! -grita otro.

Don Rafael, tan acostumbrado a la gesta deportiva, tan dado a la épica y tan amigo de la remontada, empieza a notar que le falta el aliento. Las circunstancias le superan por primera vez en su vida.

Poco a poco, el pánico hace mella en nuestro héroe, que comprueba asustado el ritmo de sus pulsaciones españolas antes de caer desmayado.

Solo un par de guantazos con topspin de la Paca logran despertar a Rafael de esta horrible pesadilla.

- ¡Vamos Rafa!

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